Si usted es de los que adora comerse al mundo viajando, quizás le ha sido difícil llevar la vida en cuarentena. Debe mentalizarse en que es probable que al poder retomar las calles se haga con ciertas restricciones, como por ejemplo no salir del país. Afortunadamente eso no debe ser motivo de preocupación para los españoles, debido a que la nación tiene miles de maravillas y lugares hermosos para visitar y hasta repetir.
Ahora es momento de ver hacia dentro, el turismo nacional ofrece muchos tesoros. Si ha disfrutado tanto conociendo territorios extranjeros, imagínese qué será recorrer lo propio. Para aligerarle un poco las ideas a continuación se recomiendan algunos sitios que le deslumbrarán:
Rubielos de Mora, Teruel: el casco histórico del pueblo es un auténtico catálogo barroco y renacentista, de increíbles edificios eclesiásticos y civiles de un valor arquitectónico incalculable. Para mejorar el panorama aún más, han sido rehabilitados con éxito, así que visitarlos será como revivir la época. Por otro lado, su gastronomía le avivará hasta los recuerdos de su infancia con la variedad de dulces que ofrecen.
Brihuega, Guadalajara: este bello pueblo es para hacerse asiduo en visitarlo. Lo primero en recibirlo y que lo perseguirá por todas partes, es el Castillo de la Peña Bermeja, ya que es visible desde cualquier lugar. Un detalle curioso del poblado son los kilómetros de pasadizos subterráneos horadados que tiene, y que son utilizados como bodegas para vinos y comidas. Entre sus sitios de interés se destacan la iglesia de Santa María y la fábrica de Paños de Carlos III, el cual contempla un precioso jardín versallesco.
Hervás, Cáceres: es un referente de la arquitectura popular de Cáceres. La parte más vistosa del pueblo es su judería, un laberinto retorcido de calles estrechas en las que llegaron a residir importantes personalidades de la comunidad hebrea. A donde se mire es común ver balcones y fachadas con vigas de madera, todas a la vista como parte de la decoración. Otros sitios de interés son el palacio de los Dávilas y el Ayuntamiento, el cual fue parte de un antiguo convento franciscano.
Laguardia, Ávala: es un pueblo fortaleza, es decir amurallado. Sus calles son estrechas y largas, por lo general, las casas que se observan son de dos a tres plantas. Al igual que la mayoría de los pueblos vinícolas, su suelo está horadado dando forma a múltiples bodegas. El paisaje natural del pueblo revela sus cultivos, donde abundan por supuesto las viñas perfectamente trazadas sobre las colinas. Uno de los mejores sitios para terminar el día es sentado en un restaurante en la Plaza Mayor con copa en mano.
Después de la cuarentena debería aprender a ser más decidido, para así no perderse de ninguna oportunidad. Entre las cosas en las que ha de mantenerse firme, es en dar de baja a su vehículo si ya no le es útil. Visite cochesparadesguace.com y tendrá dinero en mano para hacer realidad alguno de los viajes antes descritos.